Día 23. Jueves
Mientras camino hasta el Ayuntamiento, observo las viviendas que en ocasiones me prestaron sus balcones para hacer fotos y que ahora, por una causa u otra, permanecen cerradas sus puertas.
Queda claro que Germán no quiere que los toros visiten su casa.
El Ayuntamiento, un lugar tranquilo para ver el encierro.
Y a los jóvenes en acción.
Y cuando no vienen las reses, aparecen de nuevo los grupos con las tertulias.
Catorce años separan estas dos fotos. Para ellas se paró el tiempo. Me dicen que al año que viene , otra .
Y a la tarde de nuevo a la Plaza de Toros.
La charanga a lo suyo.
¡Cómo estaba la plaza!. Algunos niños quizá mantengan amistad por siempre y disfruten las fiestas juntos anualmente.
Y llegó la famosa Merienda, con sardina salada incluida.
Hasta el agotamiento del animalico.
Anocheciendo aún embolarían una vaquilla.
Tras cenar asistimos a una gran interpretación de cante y baile de la jota. Se trataba de la Agrupación Amigos de la Jota.
A causa de la lluvia se celebró en el interior de la iglesia parroquial y no en la Plaza del Ayuntamiento.
