DE
GEA A ALBARRACIN, POR LA CARRETERA.
A
partir del km.17
(en el término de Gea) y hasta Albarracín, la carretera (con múltiples
zonas de descanso), acompañará prácticamente al cauce del
Guadalaviar atravesando montañas, barrancos, vegetación con
innumerables choperas, un pequeño túnel y unos pocos caseríos.
Sin embargo, aparte del disfrute de nuestra vista con el paisaje y sentir
que la naturaleza está penetrando en tu interior, existen
otras cosas que la mayoría de los visitantes desconocen.
Convergencia
de la carretera y la calle Las Nogueras,
en la salida de Gea hacia Albarracín.
Una
de ellas son los restos del antiguo Acueducto Romano
(construido a golpe de pico), que suministró agua del
Guadalaviar a Cella (Celfa la del Canal en periodo de la
Reconquista) hasta el siglo XII, cuando en esta población
no existía el mayor pozo artesiano de Europa (en años con
nieve en las montañas). Los restos, siempre a la derecha de
la carretera, tienen en este km.17 su ubicación
más alta, pareciendo ventanales en la roca. Según una
leyenda, desde esa posición emboscaron los republicanos a
las tropas sublevadas en la Guerra Civil. A la izquierda,
junto a un remanso del río, tenemos una zona natural de
recreo, El Azud, con paelleros, mesas,
agua potable (una toma en una caseta) y una gran chopera.
En la roca se
observan los ventanales de acceso a
un tramo conservado del Canal Romano
En
este punto finaliza el término de Gea y comienza el
de Albarracín.
Desde el km.18 hasta el km.20 tenemos grandes
extensiones de chopos altos, que en otoño muestran el piso
alfombrado por la hoja caída, finalizando con una típica
"casilla" de peones camineros (por cierto, los chopos son
talados cada diez años aproximadamente). En el km.21
existe una cueva, enfrente de una gran chopera, bastante tapada por
la vegetación, con pesebre incluido, donde vivía una familia en la
posguerra. Como curiosidad y para que se sitúen les diré que, en la
Guerra Civil, Albarracín y sus montes estaban en manos de los
republicanos, mientras Gea lo estaba bajo los adictos al general
Franco, lo cual ya nos indica el sufrimiento de esta zona en
esa época. Al final de este kilómetro existe una pequeña zona natural
de recreo, El Tocón, junto al río, con terreno muy
llano y con paelleros y parking. Pasando un pequeño puente
peatonal, tenemos en lo alto de una cumbre, un edificio con ventanas
destinado a refugio.
El túnel soportando la montaña
rocosa.
El
km.22 finaliza con un pequeño túnel. En el km.23
los restos del acueducto se encuentran a la altura de la carretera,
pareciendo un balcón de piedra en la montaña.
Al construir la actual carretera, en muchos tramos se tuvo que
destruir parte de los restos del canal.
La excavación romana acompaña a la carretera actual.
En
el km.24, en un pequeño montículo a la
derecha, podemos ver los restos de un castillo, el de Santa
Croche (el nombre actual le viene del dueño de estas tierras,
allá por el siglo XV). La soldadesca que lo habitaba, se ocupaba de proteger el
canal contra robos de agua, deterioro y fugas en el
mismo, etc. Esto
se debía a acuerdos entre los moros de Albarracín
(con esclavos cristianos) y a los cristianos de Cella
( con esclavos moros), de lo cual se deduce que la tolerancia entre
ambos debía ser máxima. Lo contrario a nuestros días.
Restos del castillo de Santa Croche.
Al
pasar el tramo del km.25, lo hacemos por
debajo de un gran peñasco, inclinado sobre la orilla
de la carretera.
En
el km.26 encontramos el otrora famoso
albergue del Frente de Juventudes de Albarracín
de la época de la dictadura. Hoy día, sin esa utilidad y
desprovisto de su gran chopera. Enfrente se inicia la carretera
hacia las poblaciones de Pozondón y Monterde de
Albarracín. En este punto se levantó hace unos pocos años
una quesería artesanal, Quesería Sierra de Albarracín,
la cual ha obtenido en tan poco tiempo premios nacionales e
internacionales.
A partir de aquí y hasta la ciudad de Albarracín, el río
se aleja de la carretera, avistando enseguida sus murallas.
Las murallas a la vista. No
sorprende el porqué Albarracín, fue
el último reino Taifa en caer en manos cristianas.
Dejamos
lo que ha sido el acompañamiento geano y quedamos a la
vista,
quizás, de la ciudad artístico-monumental-catedralicia
más pequeña de España (1035 habitantes), con el embrujo moro y
cristiano de
sus edificios y su recinto amurallado restaurado. En la época
de la dominación musulmana, con la familia berébere de los Ben
Razín, fue incluso independiente del califato de Córdoba.
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